En el verano de 1899, recién llegados los Capuchinos a Totana, un grupo de padres solicitaron al P. Eugenio de Valencia que procurasen una adecuada formación religiosa y científica a sus hijos, siendo esta la motivación que hizo que en el curso siguiente, el 4 de octubre de 1900, abriera sus puertas el Colegio San Buenaventura, dirigido por el P. Melchor de Benisa.

Durante los años posteriores el Colegio atendió en su internado y en sus aulas las necesidades educativas de familias provenientes de toda la región y de otras provincias españolas, debido a su gran renombre por alto nivel de estudios conseguido por sus alumnos, por su régimen interior, por los medios educativos que llegó a disponer: biblioteca, laboratorio, museo de historia natural, observatorio astronómico, …

Tras más de treinta años dedicado a la enseñanza, el Colegio San Buenaventura tuvo que cesar su actividad docente en julio de 1936, como consecuencia de la entrada en vigor de la Constitución republicana de 1931 que prohibía a las instituciones religiosas ejercer la enseñanza (art. 26).(Documentación Totana: «Los padres capuchinos en Totana», Pedro Hernández Cañizares).

Desde 1939 los murcianos y también los superiores querían que se fundase un Colegio de segunda enseñanza en la ciudad, pues el edificio del Colegio San Buenaventura en Totana exigía cuantiosos gastos para ponerlo en condiciones tras haberse utilizado como penal.

El día 5 de octubre de 1949 con asistencia de autoridades civiles y religiosas, el P. Provincial Ludovico de Castellón, bendijo el oratorio y celebró la eucaristía, reabriendo sus puertas el Colegio San Buenaventura en un local alquilado en la “Casa Zapata”, siendo rector el P. Estanislao de Guadasuar.

Estanislao Director

Ante la gran aceptación y las numerosas solicitudes de ingreso, los superiores decidieron levantar un edificio nuevo, pues la “Casa Zapata” no tenía capacidad para atender la demanda.

La tarde del 12 de junio de 1950 se bendijo la primera piedra del futuro edificio del Colegio y el día 6 de octubre de 1.951 quedó inaugurado el curso en su actual edificio después de la misa presidida por el P. Rector que invitó a los alumnos “a que levantaran el edificio moral superior al que contemplaban sus ojos”.

El escudo del Colegio, ideado por el P. Alfonso y dibujado por el antiguo colegial de Totana D. Pio Verdú, fue impuesto por primera vez a los alumnos el 24 de mayo de 1953 durante la bendición solemne de las banderas nacional y colegial.

Escudo-Definitivo

Durante los años 1973 y 1980 se construye al iglesia anexa al edificio del Colegio, configurándose como Parroquia de S. Francisco de Asís y Ntra. Sra. De los Buenos Libros.

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En 1996 la Orden traspasó la titularidad a una sociedad privada aunque se seguía ocupando de la formación religiosa y la pastoral.
Tras quince años el Colegio recupera la titularidad de la Orden Capuchina, el 1 de septiembre de 2011, contando con la ilusión y expectativas de las familias murcianas.
El 4 de Octubre de 2011, festividad de S. Francisco, tiene lugar la Apertura e Inauguración solemne del curso actual en la Iglesia contando para la ocasión con el P. Benjamín Echeverría, ministro provincial de la provincia de España de la Orden, que impartió la lección inaugural, y D. Miguel Ángel Cámara, Alcalde de la ciudad de Murcia, que inauguró el curso académico; así como autoridades religiosas, jurídicas, civiles y educativas; claustro de profesores, padres, abuelos, alumnos y antiguos alumnos. El acto acabó con la Bendición e Inauguración de las nuevas instalaciones realizadas en el Colegio para los alumnos de Bachillerato, en las que destacan su diseño, materiales y mobiliario innovadores en función de una nueva metodología educativa.

NUESTRO CENTRO HOY

El Colegio que en los años 50 se construyó a las afueras de la ciudad, prácticamente en plena huerta, hoy se encuentra ubicado en el centro urbano, garantizando su acceso a pie o mediante cualquier medio de transporte público.
El Colegio hoy, además de la metodología aplicada y el alto nivel educativo, quiere dar respuesta a las necesidades que viven nuestras familias, teniendo en cuenta que las carencias de padres e hijos también han evolucionado. Si hoy existe una mejora económica de las familias en comparación al momento en que nace el Colegio, también se han generado nuevas “necesidades” derivadas de la “pobreza” personal y espiritual, de la “soledad” en la que viven niños y adolescentes, de problemas psico-afectivos derivados de familias rotas, etc; “necesidades” que generan un campo de trabajo educativo, de orientación personal y familiar y de evangelización, que nuestra sociedad está demandando y a la que el Colegio tiene la misión de dar respuesta desde el ideario y carisma cristiano-franciscano de la Orden de Hermanos Capuchinos.